viernes, 27 de diciembre de 2013

El oeste de un amanecer



Los edificios de cristal esplenden y un trozo de cielo nublado se ilumina molesto. Está bien, es bonito; pero paso de los colores anaranjados. Estoy saturado de color y sonidos.

Mis amaneceres son como yo quiero, como yo los hago. Los dioses somos caprichosos.


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